VATICANO,
Al presidir la concelebración eucarística por la clausura de la II Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos, el Papa Benedicto XVI explicó que en la Iglesia no pueden “subsistir divisiones de tipo étnico, lingüístico o cultural” porque está llamada ser “una potente levadura de reconciliación en cada país y en todo el continente africano”.
En su homilía, el Pontífice explicó que “a través de los siglos y de las vueltas de la historia, Dios apunta siempre hacia la misma meta: el Reino de la libertad y de la paz para todos”.
“Y esto implica su predilección para cuantos están privados de libertad y de paz, para cuantos han visto violada su propia dignidad de seres humanos. Pensemos en particular en los hermanos y hermanas que en África sufren pobreza, enfermedades, injusticias, guerras y violencias, migraciones forzadas", indicó.
"La Iglesia que está en África, a través de sus pastores, llegados de todos los países del continente, desde Madagascar y de las demás islas, ha acogido el mensaje de esperanza y la luz para caminar por el camino que conduce al Reino de Dios. La fe en Jesucristo -cuando es bien entendida y practicada- guía a los hombres y a los pueblos a la libertad en la verdad, o, por usar las tres palabras del tema sinodal, a la reconciliación, a la justicia y a la paz", agregó.
Tras poner de relieve que la Iglesia en el mundo es la "comunidad de personas reconciliadas, operadoras de justicia y de paz", el Santo Padre subrayó que "por este motivo, el Sínodo ha reafirmado con fuerza -y lo ha manifestado- que la Iglesia es Familia de Dios, en la que no pueden subsistir divisiones de tipo étnico, lingüístico o cultural. La Iglesia reconciliada es una potente levadura de reconciliación en cada país y en todo el continente africano".
El Papa señaló que la Iglesia transmite "el mensaje de salvación conjugando siempre la evangelización y la promoción humana" y por ello los misioneros están llamados a “transmitir el anuncio de esperanza según una ‘forma sacerdotal’, es decir, viviendo en primera persona el Evangelio, intentando traducirlo en proyectos y realizaciones coherentes con el principio dinámico fundamental, que es el amor".