LIMA,
El Presidente de la Comisión de Familia, Infancia y Vida de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. José Antonio Eguren, felicitó la decisión del Tribunal Constitucional que optó por defender la vida desde la concepción al pedir que se suspenda el reparto de la píldora del día siguiente en los establecimientos de salud.
Mons. Eguren, que también es Arzobispo de Piura, saludó a los magistrados “por haber reafirmado la protección del derecho a la vida desde la concepción que establece la Constitución de la República del Perú” y “haber afirmado enfáticamente que esta no debe verse amenazada desde su inicio y en consecuencia, en ningún momento de su existencia”.
Asimismo, destacó “la valentía de los magistrados que han hecho prevalecer el derecho y el sentido común: en caso de duda, o amenaza, se debe optar por defender la vida humana. Defendiendo la vida de un niño por nacer recién concebido estamos dando la posibilidad a que después pueda ejercer todos sus derechos. No se puede permitir que mediante una droga detrás de la cual hay intereses claramente comerciales, mate hoy a nuestros niños más pequeños, la vida está por encima de cualquier interés”.
El Arzobispo recordó que los fabricantes de la llamada píldora del día siguiente “exponen en los insertos que acompañan al producto aquí en el Perú y en el resto del mundo que existe el efecto antimplantatorio con el cual se elimina una vida humana recién concebida. Esta simple, pero contundente constatación hecha hoy por los magistrados del TC los releva de cualquier necesidad de mayores pruebas. Pero también plantea un inmenso interrogante sobre los responsables de la salud de los peruanos al no haberlo hecho antes”.
Según Mons. Eguren, “este fallo protege el derecho a la información de las mujeres y consecuentemente su derecho a elegir libremente. No puede haber derecho a elegir cuando existe un grave defecto en la información que reciben. Esto es aún más grave cuando se trata de mujeres pobres y de escasa educación. Estamos seguros que para las mujeres peruanas es muy importante saber si una droga puede ser abortiva o no. Comercializar una droga omitiendo esta información es un atentado contra la dignidad de la mujer, al margen de la discusión sobre la legalidad de este acto”.
Finalmente, recordó que “si queremos construir una Cultura de la Vida, debemos defender la vida en todas sus etapas. Los magistrados del TC han dado un paso en este sentido y merecen nuestro reconocimiento. Hacemos una invocación a todas las personas de buena voluntad a unirse en este propósito, protegiendo siempre en primer lugar a los más débiles e indefensos, en este caso a las mujeres pobres y a sus niños por nacer”.