VATICANO,
En la Audiencia General de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI recordó su reciente viaje apostólico a la República Checa, realizado del 26 al 28 de septiembre, que tuvo como lema "El amor de Cristo es nuestra fuerza".
Tras agradecer a Dios por esta visita, el Santo Padre comentó que este viaje "ha sido una verdadera peregrinación y al mismo tiempo una misión en el corazón de Europa", realizado con la fuerza de Cristo. Una fuerza, dijo, "que inspira y anima las verdaderas revoluciones, pacíficas y liberadoras, y que nos sostiene en los momentos de crisis, permitiendo realzarnos cuando la libertad, recuperada con fatiga, corre el riesgo de perderse a sí misma, la propia verdad".
En la Iglesia de Santa María de la Victoria, donde se venera al Niño Jesús de Praga, conocido también como el Divino Niño, el Santo Padre aseguró que había rezado "por todos los niños, por los padres, por el futuro de la familia. La verdadera "victoria", que pedimos hoy a María es ¡la victoria del amor y de la vida en la familia y en la sociedad!", exclamó.
El Papa señaló que a las autoridades políticas y civiles y a los miembros del cuerpo diplomático recordó "el lazo indisoluble que siempre debe existir entre libertad y verdad. No hay que tener miedo de la verdad, porque es amiga del ser humano y de su libertad; es más, solo en la búsqueda sincera de la verdad, del bien y de la belleza, se puede ofrecer realmente un porvenir a los jóvenes de hoy y a las generaciones futuras".
"Quien ejerce responsabilidades en el campo político y educativo debe saber obtener luz de aquella verdad que es el reflejo de la Sabiduría eterna del Creador; está llamado a dar testimonio en primera persona con la propia vida", prosiguió.
Benedicto XVI resaltó luego que "las comunidades europeas centro-orientales están atravesando un momento difícil: a las consecuencias del largo invierno del totalitarismo ateo, se suman los efectos nocivos de un cierto secularismo y consumismo occidental. Por eso, animé a todos a sacar energías nuevas del Señor resucitado, para ser levadura evangélica en la sociedad y seguir comprometiéndose en actividades caritativas y sobre todo en las educativas y escolares".