SEVILLA,
Con motivo de la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, Patrona de los Reclusos, el Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo, afirmó que la pastoral penitenciaria "ayuda a sentir la presencia de Jesucristo, el acompañante invisible, pero real", y animó a las autoridades a procurar su rehabilitación.
Tras señalar que las personas privadas de libertad "cumplen una deuda de justicia con la sociedad", el Purpurado subrayó que la catequesis penitenciaria busca "hacer resonar la misericordia de Cristo en el corazón de esas personas privadas de muchas cosas, pero nunca de la libertad de poder elegir el ponerse bajo el amparo y el favor de Dios y de las actitudes y comportamientos de Cristo, que siempre escucha, perdona y ofrece una nueva forma de vivir".
"Queremos que el amor de Cristo se haga presente también en las cárceles", afirmó.
Asimismo, el Cardenal señaló que ante el riesgo que viven los prisioneros de caer en la "falta de esperanza, sentirse derrotado y sin posibilidad de regeneración", la pastoral penitenciaria "ayuda a sentir la presencia de un ‘Vigilante interno’, de una gracia del Espíritu de Dios, de una conciencia que señala un camino de arrepentimiento y de una nueva forma de vivir siguiendo el ejemplo y la palabra de Jesucristo, el Acompañante invisible, pero real y cercano".
De igual modo el Purpurado animó a las autoridades a "contribuir a la rehabilitación de los reclusos y reclusas" con una preparación adecuada, "constancia en llevar a cabo los programas mejor elaborados y saber afrontar las dificultades, sobre todo la de superar la duda acerca de la eficacia de todo este empeño en una posible reinserción social de los presos".
Finalmente, el Cardenal pidió la protección de la Virgen María, que "comprende y alivia siempre", para todos aquellos privados de libertad, "para cuantos tenéis que ayudarles a enderezar el camino equivocado de una conducta que les ha conducido a la prisión".