SEVILLA,
Al iniciarse hoy la Asamblea General de la Conferencia de Comisiones Justicia y Paz de Europa, el Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo, señaló que el reconocimiento de los derechos fundamentales a la vida, la familia y la libertad constituyen una "condición imprescindible para la justicia" y que "los derechos se reconocen, no se regalan ni se otorgan".
En su intervención en este encuentro que se realiza en la Casa Diocesana Betania, en San Juan de Aznalfarache, Sevilla, el Purpurado explicó que "la justicia es reconocimiento de unos derechos incuestionables. Pero, incluso, más allá de esos mismo derechos reconocidos, hay unos valores más altos: la dignidad de la persona, sujeto de esos derechos".
La solidaridad, entonces, "no puede tener otro asiento que no sea el de la justicia. La solidaridad es una actitud personal y permanente que lleva a considerar al hombre como hermano y a ver los bienes de este mundo como un patrimonio común que compartir".
Para los cristianos, indicó el Cardenal, "resultan inseparables la solidaridad y el amor fraterno. Si nos sentimos unidos a los demás, no es por una simple razón de pertenencia a una comunidad humana que debe cohabitar en el mismo mundo, sino por el imperativo del mandamiento nuevo del amor que ha de distinguir a los discípulos de Cristo".
"La caridad de Dios no anula las exigencias de justicia sino que las hace más obligatorias. Pues la justicia se funda en el amor y tiende al amor. La caridad es la fuente más profunda de la justicia. Dios es el justo y el misericordioso. Lo posible es obligatorio", señaló el Purpurado.
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