VATICANO,
Al presidir el rezo del Ángelus dominical en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVI explicó que la fe en Cristo debe plasmarse en el amor al prójimo a través de obras concretas; pues “si uno no ama a los hermanos no es un verdadero creyente”.
El Papa inició sus palabras con dos preguntas que aparecen en el Evangelio de hoy tomado de San Marcos y de la segunda lectura de Santiago: “¿Quién es para ti Jesús de Nazaret?” y “¿Tu fe se traduce en obras o no?”.
En la respuesta a la primera, explicó el Santo Padre, el Apóstol Pedro afirma que Cristo es Dios. Él y los demás Apóstoles, prosiguió, “a diferencia de la mayor parte de la gente creen que Jesús no es solo un gran maestro o un profeta, sino mucho más. Tienen fe: creen que en Él está presente y obra Dios”.
Benedicto XVI aseguró luego que ante el primer anuncio de la muerte de Jesús, Pedro se opone a esta “perspectiva de sufrimiento y muerte” ante lo que el Señor “le hace entender que no basta creer que Él es Dios, sino que la caridad exige seguirlo a través de su mismo camino, la de la cruz. Jesús no ha venido a enseñarnos una filosofía, sino a mostrarnos un camino, el camino que conduce a la vida”.
Este camino, dijo el Papa, “es el amor, que es la expresión de la verdadera fe. Si uno ama al prójimo con corazón puro y generoso, quiere decir que conoce verdaderamente a Dios. Si en vez de eso uno dice que tiene fe y no ama a los hermanos, no es un verdadero creyente. Dios no habita en él. Lo afirma claramente Santiago en la segunda lectura de la Misa de este domingo: ‘Si no es seguida por las obras, (la fe) en sí misma está muerta’”.
Seguidamente el Santo Padre recordó una cita de San Juan Crisóstomo, a quien la Iglesia recuerda hoy, cuando explica este concepto afirmando que “uno puede tener una recta fe en el Padre y el Hijo, así como en el Espíritu Santo, pero si no tiene una vida recta, su fe no servirá para su salvación”.