VATICANO,
Al presidir esta mañana la ordenación de cinco nuevos obispos, entre los cuales se encuentra el nuevo Nuncio en Venezuela, Mons. Pietro Parolin, el Papa Benedicto XVI señaló que todo obispo es un servidor de Dios, al cual el Señor le exige vivir tres características fundamentales: la fidelidad, la prudencia y la bondad.
En esta Eucaristía celebrada en la Basílica de San Pedro también recibieron la ordenación episcopal Mons. Gabriele Giordano Caccia, Nuncio Apostólico en Líbano; Mons. Franco Coppola, Nuncio Apostólico en Burundi; Mons. Raffaello Martinelli, Obispo de Frascati, y Mons. Giorgio Corbellini, presidente de la Oficina del Trabajo de la Sede Apostólica.
En su homilía de la Misa que concelebraron el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado Vaticano, y el Cardenal William Joseph Levada, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Santo Padre afirmó que la ordenación episcopal es un evento de oración.
Según indica la nota de Radio Vaticana, el Papa explicó que “ningún hombre puede hacer de otro un sacerdote o un obispo” pues es “el Señor mismo que, a través de la palabra de la oración y el gesto de la imposición de las manos, asume al hombre totalmente a su servicio, lo atrae a su mismo Sacerdocio”, para que su Palabra y su obra estén presentes en todos los tiempos.
“La Iglesia no es nuestra, sino suya, la Iglesia de Dios”, prosiguió y destacó que “no atamos a los hombres a nosotros; no buscamos poder, prestigio, o estima para nosotros mismos. Conducimos a los hombres hacia Jesucristo y así hacia el Dios viviente”.
Benedicto XVI resaltó también que el mismo Jesús resumió todos los aspectos del Sacerdocio en una sola frase: “el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". Por lo tanto, “servir es donarse a sí mismo, a los demás de parte de Dios y en vista de Dios”, agregó.