VATICANO,
Al presidir esta mañana la Eucaristía en la llamada "Ciudad de los Papas", la localidad italiana de Viterbo en la visita pastoral que realiza, el Papa Benedicto XVI alentó a los fieles a evangelizar el "desierto" del corazón humano porque solo Cristo es capaz de transformarlo para vencer la dureza generada por "la indiferencia y el egoísmo".
Ante miles de fieles reunidos en la explanada del Valle Faul, el Santo Padre explicó que en la primera lectura de este domingo, el profeta Isaías alienta a los "pobres de corazón" y anuncia que con el Señor, "todo renace y todo revive porque sus aguas beneficiosas irrigan el desierto".
"El ‘desierto’, en su lenguaje simbólico, puede evocar los eventos dramáticos, las situaciones difíciles y la soledad que no raramente marca la vida, el desierto más profundo es el corazón humano, cuando pierde la capacidad de escuchar, de hablar, de comunicarse con Dios y con los otros. Se hace uno ciego porque es incapaz de ver la realidad, se cierran los oídos para no escuchar el grito de quien implora ayuda, se endurece el corazón en la indiferencia y el egoísmo".
Pero ahora, dice Isaías, "todo está destinado a cambiar, esta ‘tierra árida’ de un corazón cerrado será irrigada por una nueva linfa divina. Y cuando el Señor viene, a los pobres de corazón de toda época les dice con autoridad: ‘¡Ánimo, no teman!", prosiguió el Papa.
Refiriéndose luego al pasaje del Evangelio de San Marcos en el que Jesús cura a un sordomudo, el Santo Padre afirmó que "podemos ver en este ‘signo’ el deseo ardiente de Jesús de vencer en el hombre la soledad y la incomunicabilidad creadas por el egoísmo, para dar paso a una nueva ‘humanidad’, la humanidad de la escucha y de la palabra, del diálogo, de la comunicación y de la comunión con Dios".
"Una humanidad ‘buena’ –explicó el Papa– como buena es toda la creación de Dios, una humanidad sin discriminaciones, sin exclusiones para que el mundo sea verdaderamente y para todos campo de genuina fraternidad, en la apertura del amor por el Padre común que nos ha creado y nos ha hecho sus hijos e hijas".