LIMA,
El Arzobispo de Piura, Mons. José Antonio Eguren Anselmi, resaltó que la "misión de la Iglesia es la evangelización reconciliadora" y explicó que esta tarea es ineludible para cada uno de sus miembros, para proclamar, como San Pablo "¡Ay de mí si no evangelizare!"
En su conferencia titulada "Iglesia, Evangelización y Reconciliación" pronunciada en el marco del Congreso "Caridad, Reconciliación y Dignidad Humana" que se realizó en la capital peruana, el Prelado explicó como la propia definición de Iglesia ya conlleva en sí misma la noción de reconciliación y cómo ésta debe ser anunciada a todos los hombres, dentro y fuera de ella.
Tras señalar que la Iglesia constituye un sacramento, pues es "signo de la unidad con Dios", el Arzobispo dijo que desde el bautismo, se convierte para el creyente en el ámbito natural que tiene su fundamento y origen en Dios, por lo que es Santa; pese a los pecados de los hombres.
"Hay que amar profundamente a la Iglesia porque ella es nuestra Madre y como hijos de ella debemos hacerla amar. Ella es un misterio, una realidad que nos remite a la vida sobrenatural del Señor Jesús. Si bien nuestros pecados afean su rostro, ella resplandece pues en ella habita la santidad de Jesucristo".
El Arzobispo señaló que la "evangelización es la tarea por excelencia que realiza la Iglesia en el mundo" por encima de las demás. "Evangelizar es anunciar la Buena Nueva, es decir proclamar el anuncio de Jesús" que quiere la salvación de todos los seres humanos.
El Prelado se refirió a algunos aspectos esenciales que actualmente reclaman un esfuerzo especial de evangelización como la defensa de la dignidad humana: "la defensa del derecho a la vida amenazado por el aborto y la eugenesia, o la eutanasia" en el caso de los ancianos; la necesidad que tiene el mundo del amor verdadero, la evangelización de la cultura, la correcta valorización de la razón humana y su recta relación con la fe, y la tremenda necesidad que tiene el mundo de esperanza.