SAN ANTONIO,
El Arzobispo de San Antonio (Estados Unidos), Mons. José Gómez, insistió en la necesidad de hallar una solución justa al problema de la inmigración ilegal, del cual penden "las vidas de millones de trabajadores indocumentados y sus familias", que "se ven forzadas a vivir sin derechos, al margen de este gran país, por nuestras políticas fallidas".
Mons. Gómez reconoció que quien ingresa de manera ilegal al país comete un delito que debe ser penalizado. Sin embargo, señaló que la deportación es una sanción demasiado severa. "Creo que desde un punto de vista moral, nos vemos forzados a concluir que la deportación a los inmigrantes que no cumplen nuestras leyes es una penalidad demasiado severa. Es un castigo desproporcionado al crimen", expresó.
El Arzobispo explicó que las deportaciones "están destruyendo a las familias" y es una realidad que un católico no puede desear porque "la familia es un elemento central no sólo de nuestra fe, sino de nuestra sociedad".
Ante ello, el Prelado propuso una alternativa que puede "servir tanto a la caridad como a la justicia". Reafirmó que quien llega a un país debe respetar sus leyes. "Sin embargo, creo que algún tipo de servicio a la comunidad puede ser una solución mucho más constructiva que la deportación".
Mons. Gómez dijo que esta alternativa "ayudaría a fortalecer las comunidades, más que destruirlas" y serviría "para integrar a los inmigrantes en el tejido social y moral de los Estados Unidos".
Sin embargo, reconoció que "puede o no ser la solución. Pero con ella quiero señalar que, con coraje y creatividad, es posible para nuestros políticos encontrar una solución justa y digna que haga igual justicia a las dos grandes tradiciones de este país: la compasión por los desamparados y el respeto a la ley".