En octubre de 1991 el Obispo Auxiliar de Sacramento (California), Mons. Alfonso Gallegos, falleció en un accidente automovilístico. Sus virtudes cristianas, su defensa de los no nacidos y su dedicación a los más necesitados, especialmente los inmigrantes, llevó a la apertura de su causa de beatificación, la misma que hace recibido un nuevo impulso.
Según informa la congregación de Agustinos Recoletos, de la que formó parte, "la diócesis (de Sacramento) está preparando un informe de más de mil páginas, que resume los testimonios de más de cien personas sobre la vida virtuosa del obispo Gallegos y las declaraciones de quienes dicen que el obispo ha intercedido en favor de ellos, desde su muerte, hace casi 18 años". Se espera que el informe llegue al Vaticano a fines de este año.
Mons. Alfonso Gallegos Apocada, fue uno de los once hijos de Joseph y Caciana Gallegos. Nació en Albuquerque (Nuevo México, Estados Unidos) el 20 de febrero de 1931. Desde muy pequeño sufrió de una grave miopía y tenía muchas dificultades para leer.
A los 19 años ingresó a la comunidad de los Agustinos Recoletos. Ocho años después fue ordenado sacerdote.
Dedicó su ministerio pastoral a la educación de los jóvenes y crear alternativas a las peligrosas pandillas. En 1979 fue nombrado primer director de la Oficina de Asuntos Hispanos de California.
El 4 de noviembre de 1981 fue consagrado Obispo Auxiliar de Sacramento. "Se caracterizó por su alegría constante, la paciencia con la que vivió la limitación de la vista y por su trato amable y cariñoso con todos, incluso con aquellos que dificultaban su labor pastoral. Hay que señalar también su intensa vida de oración y su compromiso con los pobres y necesitados, especialmente con los inmigrantes latinos que buscaban un mejor futuro en los Estados Unidos", agrega la congregación.