VATICANO,
Al recibir este sábado a los dirigentes y atletas que participan en el campeonato mundial de natación en la Villa Deportiva de Roma, el Papa Benedicto XVI recordó que el deporte, en sus múltiples formas, puede convertirse en una escuela de valores humanos y espirituales.
"Con vuestras competencias ofrecéis al mundo un convincente espectáculo de disciplina y de humanidad, de belleza artística y de voluntad tenaz. Mostráis a qué metas puede conducir la vitalidad de la juventud, cuando no rechaza la fatiga de los duros entrenamientos y se aceptan de buena gana tantos sacrificios y privaciones," dijo el Santo Padre.
"Todo esto –agregó- constituye también para vuestros coetáneos una importante lección de vida”.
"El deporte, si se practica con pasión y atento sentido ético, especialmente para la juventud, se transforma en escuela de sano profesionalismo y de perfeccionamiento físico, escuela de formación en los valores humanos y espirituales, medio privilegiado de crecimiento personal y de contacto con la sociedad", agregó
El Pontífice explicó que “asistiendo a estos mundiales de natación y admirando los resultados alcanzados, no es difícil darse cuenta de la gran potencialidad con que Dios ha dotado al cuerpo humano, y cuán sorprendentes objetivos de perfección puede alcanzar”.
“El pensamiento, entonces, se dirige al estupor del Salmista que, contemplando el universo, canta la gloria de Dios y la grandeza del ser humano. 'Al ver el cielo, leemos en el Salmo 8, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado: ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad'", dijo también.