VATICANO,
En la que constituye la primera ocasión en la que pronuncia una homilía sin leerla –en un evento de esta envergadura anunciado oficialmente– el Papa Benedicto XVI explicó que el verdadero poder que el mundo necesita para ser transformado es el del perdón y la Misericordia de Dios; pues sin una relación personal con el Señor, el hombre no es capaz de encontrar el norte de su vida.
Según informa Radio Vaticano, el Santo Padre inició su homilía de las Vísperas que presidió en la Catedral de Aosta, comentando un pasaje de la Carta a los Romanos, explicando que "en mi reciente encíclica (Caritas in veritate) he intentado mostrar la prioridad de Dios en la vida personal, en la vida de la historia, de la sociedad, del mundo". "Si la relación fundamental –la relación con Dios– no está viva, no se vive, entonces todas las demás relaciones no podrán encontrar su forma justa", indicó.
"Si Dios falta, si se prescinde de Dios, si Dios está ausente, falta la brújula para mostrarle al conjunto de relaciones (del hombre) cómo encontrar el camino, la orientación, adónde ir", precisó el Pontífice, ante los sacerdotes, religiosas y religiosas; así como representantes de movimientos de la diócesis de Aosta.
Seguidamente explicó que la evangelización hace que Dios Todopoderoso se convierta en alguien cercano para las personas y que éstas no se sientan "amenazados por la omnipotencia que parece limitar nuestra libertad o que parece ser un peso demasiado fuerte. Debemos aprender que la omnipotencia de Dios no es un poder arbitrario, porque Dios es el Bien, es la Verdad y porque Dios puede todo; pero no puede actuar contra el bien, ni contra la verdad, ni contra el amor ni contra la libertad; porque Él mismo es el Bien, el Amor y la verdadera libertad".
"Y por eso, todo cuanto hace, no puede nunca estar en contraste con la verdad, el amor o la libertad", resaltó.
"En el concepto mundial, nuestro, hoy, de poder, pensamos en alguien que tiene grandes propiedades, que en la economía tiene algo que decir, dispone de capitales para influir en el mundo mercantil (…) Pensamos en alguien que dispone de poder militar, que puede amenazar. Poder tiene alguien que puede ser peligroso, que puede amenazar, destruir, que tiene en manos muchas cosas del mundo. Pero la Revelación nos dice 'no es así'; el verdadero poder es el poder de la gracia y la misericordia. En la misericordia Dios demuestra el verdadero poder".