MADRID,
El Obispo de Tarazona, Mons. Demetrio Fernández, recordó la importancia del Seminario para la formación de los nuevos sacerdotes, pues solo con ellos se puede "garantizar la supervivencia de la Iglesia Católica entre nosotros".
"La Iglesia no puede vivir sin sacerdotes. Por eso, como he repetido varias veces, una diócesis sin Seminario es una diócesis muerta. Hemos de orar continuamente al Dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies", expresó en una reciente carta en la que destacó la próxima ordenación de un presbítero y dos diáconos.
El Prelado indicó que el pedido de los pueblos de Tarazona para que nunca les falten sacerdotes "es expresión de una necesidad en la Iglesia" y de que es falso decir que a la gente no le importan las cosas de Dios. "Yo constato por todas partes que la sed de Dios se agranda. Y el sacerdote está para saciar esa sed", afirmó.
Por ello, dijo que "ordenar a un cura nuevo es una de las mayores satisfacciones para el Obispo" y de alegría para la Iglesia.
"Cuando nos llega el regalo de un nuevo sacerdote, en los tiempos en que vivimos, la alegría es inmensa. Y hemos de dar gracias a Dios, porque cada sacerdote es un regalo de su corazón", expresó.
En ese sentido, Mons. Fernández indicó que el Año Santo Sacerdotal es una ocasión "para agradecer a Dios el regalo de sus sacerdotes para la Iglesia, un año para orar por los sacerdotes y pedir nuevas vocaciones al ministerio ordenado. Si los sacerdotes aspiran a la santidad, toda la diócesis vivirá en ese tono".