ROMA,
El Obispo de Aosta, Mons. Giuseppe Anfossi, dio a conocer algunos detalles de las vacaciones que el Papa Benedicto XVI transcurre en la localidad italiana de Aosta, en la residencia salesiana de Les Combes; así como la alegría de la población local de saber que entre ellos estará el Santo Padre hasta el 29 de julio.
En una entrevista concedida a L'Osservatore Romano, el Prelado precisó primeramente que para el Pontífice "no hemos preparado nada especial o espectacular. Queremos respetar su reposo. Lo veremos cuando quiera y si es que quiere. La gente está feliz por el solo hecho que está aquí y lo acogen como si lo acogieran en la propia casa".
El Santo Padre, dice el Obispo, "podrá gozar de las maravillas de esta tierra, con toda serenidad y tranquilidad. Todos podrán verlo el domingo por la mañana cuando recite con nosotros el Ángelus".
Tras explicar que la renuncia de parte de los locales a verlo y a expresarle su afecto en otras ocasiones distintas al Ángelus constituye una "muestra de respeto", Mons. Anfossi explica que la residencia en la que se encuentra Benedicto XVI le permite al Papa "vivir inmerso en la naturaleza y casi aislado. Es una pequeña construcción que puede recibir, además de al Papa, al personal estrictamente necesario".
Esta propiedad, dice el Prelado, está "construida a mil 400 metros de altura, en una zona que está fuera de los itinerarios y servicios turísticos, en donde se tiene un panorama único. Desde la casa se puede llegar a senderos montañosos que permiten largas caminatas en perfecta soledad. Cuando el Papa almuerza tiene delante de sí el espectáculo del Monte Blanco".
El Obispo de Aosta dice además que "conociendo un poco sus hábitos –sobre todo su gusto por la música– hemos llevado a la residencia un pianoforte porque sabemos que ama tocarlo. Además la biblioteca está suficientemente abastecida; y últimamente se ha añadido textos".