VATICANO,
Al recibir esta mañana a los participantes del primer Encuentro Europeo de Estudiantes Universitarios, promovido por la Comisión Catequesis-Escuela-Universidad del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas; el Papa Benedicto XVI alentó el insustituible servicio de los jóvenes de anunciar a Cristo con valentía en la universidad.
En su discurso a los jóvenes de 31 naciones europeas, el Santo Padre explicó que la tarea de los católicos en el ambiente universitario pasa por “proseguir el camino de elaboración cultural que San Benito intuyó como necesario para la maduración humana y cristiana de los pueblos”del Viejo Continente; tarea que solo puede darse si “se encuentran con el Señor resucitado en la concreta experiencia eclesial, y en particular en la Celebración Eucarística”.
Seguidamente el Pontífice subrayó que “vuestro empeño misionero en el ámbito universitario consiste por tanto en el testimoniar el encuentro personal que habéis tenido con Jesucristo, Verdad que ilumina el camino de todo hombre. Es a partir del encuentro con Él que se constata aquella ‘novedad del corazón’, capaz de dar una orientación nueva a la existencia personal, y solo así se llega a ser fermento y levadura de una sociedad vivificada por el amor evangélico”.
“Como ha de comprenderse, también la acción pastoral universitaria debe entonces expresarse en todo su valor teológico y espiritual, ayudando a los jóvenes a hacer que la comunión con Cristo los conduzca a percibir el misterio más profundo del hombre y de la historia. Y por esta específica acción evangelizadora, las comunidades eclesiales empeñadas en tal acción misionera, como por ejemplo las capellanías universitarias, pueden ser el lugar de la formación de creyentes maduros, hombres y mujeres conscientes de ser amados por Dios y llamados, en Cristo, a convertirse en animadores de la pastoral universitaria”.
Por ello, explicó Benedicto XVI, “en la universidad la presencia cristiana se hace siempre más exigente y al mismo tiempo fascinante, porque la fe está llamada, como en siglos pasados, a ofrecer su insustituible servicio al conocimiento que, en nuestra sociedad contemporánea, es el verdadero motor del desarrollo”.
Tras recordarle a los jóvenes que “son el futuro de Europa”, el Papa destacó que “la nueva síntesis cultural, que en este tiempo se está elaborando en Europa y en el mundo globalizado, necesita el aporte de intelectuales capaces de reproponer en las aulas académicas el discurso sobre Dios, o mejor, de hacer renacer aquel deseo del hombre por buscar a Dios”.