ROMA,
El Secretario de la Congregación para la Educación Católica, Mons. Jean-Louis Bruguès, alertó que "la sociedad moderna se ha vuelto alérgica a los conceptos de deber y espíritu de sacrificio", dos nociones que desde siempre "pertenecen al patrimonio común de todas las grandes religiones", necesarios además para todos los sacerdotes.
En su homilía en la Misa que presidió ante los participantes del encuentro anual del Servicio Europeo para las vocaciones que se realizó en Roma bajo el lema "Sembradores del Evangelio y de las vocaciones", el Prelado francés resaltó cómo la vocación siempre ha sido algo particular y personalizado.
Tras comentar que al ser llamados al sacerdocio, los varones que tienen esta vocación están convocados por el Señor "a ser nosotros mismos ya que el Señor nos conoce mejor que cuanto nos conocemos nosotros mismos", el Arzobispo explicó que "no se puede realizar el plan de Dios sino es a través del sacrificio".
El sacrificio, precisa, "se convierte así en un lugar de intercambio en donde se encuentra lo divino y lo humano. El sacrificio es el medio particular por el cual ofrecemos al Señor la libertad personal y recibimos en cambios toda la fuerza de Dios".
"No por gusto el Papa escogió iniciar el Año Sacerdotal en la fiesta más sacrificial de todas: la del Sacratísimo Corazón de Jesús. Por ello auspiciamos que en este año el Pueblo de Dios pueda recuperar el gusto, el sabor y también el gusto del sacerdocio", concluyó.
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