ROMA,
En vísperas del inicio del retiro de las tropas de Estados Unidos, el Arzobispo de Kirkuk, Mons. Louis Sako, expresó que "nuestra esperanza es ver a Irak unido y en paz. Cristianos y musulmanes deben seguir dialogando y respetándose con un único objetivo: la reconstrucción del país" y la reconciliación.
En declaraciones a L'Osservatore Romano, el Prelado señaló que "el pueblo iraquí tiene sed de paz y desea la serenidad".
Por ello pidió a la comunidad internacional ayudar a que el país pueda "adquirir los fundamentos y las nociones para alcanzar la democracia. Asistimos serenos al retiro de las tropas (de Estados Unidos) pero vivimos un poco la preocupación por una situación que está caracterizada por las divisiones étnicas y confesionales; así como la influencia negativa de algunas fuerzas externas".
Mons. Sako explicó también que "la pequeña comunidad cristiana iraquí en estos días está asistiendo con mucha atención y ansias al retiro de las tropas estadounidenses; y espera la reconciliación nacional y la cooperación por el bien del país, sin mirar solamente los propios intereses".
"La población espera la reconciliación entre las facciones políticas, la estabilidad, la reconstrucción, proyectos e infraestructuras y el retorno de los refugiados. Son miles los cristianos que han encontrado asilo en países vecinos como Siria, Líbano y Jordania. Es verdad que se han ambientado y han encontrado un trabajo, pero se sienten siempre extranjeros y su único objetivo es volver a vivir en su amado Irak".
Tras resaltar que "los cristianos en Irak tienen una historia milenaria que no puede ser cancelada o extirpada a causa de desencuentros étnicos o religiosos", el Arzobispo explicó al concluir que "la comunidad cristiana, en particular, debe ser un ejemplo para los otros y colaborar en la reconstrucción del país buscando la unidad y el respeto mutuo".