VATICANO,
En una extensa y personal carta dirigida a los presbíteros del mundo en ocasión del inicio este viernes 19 de junio del Año Sacerdotal convocado en el 150 aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, Patrono de los Párrocos, el Papa Benedicto XVI resaltó que este tiempo debe promover "el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo".
En el texto dado a conocer hoy en inglés, francés, español, italiano, alemán, portugués y polaco, el Santo Padre recordó como "'el Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús', repetía con frecuencia el Santo Cura de Ars. Esta conmovedora expresión nos da pie para reconocer con devoción y admiración el inmenso don que suponen los sacerdotes, no sólo para la Iglesia, sino también para la humanidad misma".
Seguidamente Benedicto XVI señala que esta expresión del Santo Cura de Ars "evoca también la herida abierta en el Corazón de Cristo y la corona de espinas que lo circunda. Y así, pienso en las numerosas situaciones de sufrimiento que aquejan a muchos sacerdotes, porque participan de la experiencia humana del dolor en sus múltiples manifestaciones o por las incomprensiones de los destinatarios mismos de su ministerio: ¿Cómo no recordar tantos sacerdotes ofendidos en su dignidad, obstaculizados en su misión, a veces incluso perseguidos hasta ofrecer el supremo testimonio de la sangre?"
Al referirse luego de las infidelidades de algunos de los ministros de la Iglesia, el Santo Padre precisa que en estos casos "es el mundo el que sufre el escándalo y el abandono. Ante estas situaciones, lo más conveniente para la Iglesia no es tanto resaltar escrupulosamente las debilidades de sus ministros, sino renovar el reconocimiento gozoso de la grandeza del don de Dios, plasmado en espléndidas figuras de Pastores generosos, religiosos llenos de amor a Dios y a las almas, directores espirituales clarividentes y pacientes".
"Queridos hermanos en el Sacerdocio, pidamos al Señor Jesús la gracia de aprender también nosotros el método pastoral de San Juan María Vianney. En primer lugar, su total identificación con el propio ministerio. En Jesús, Persona y Misión tienden a coincidir: toda su obra salvífica era y es expresión de su 'Yo filial', que está ante el Padre, desde toda la eternidad, en actitud de amorosa sumisión a su voluntad".