VATICANO,
El Papa Benedicto XVI afirmó que una correcta interpretación de las Sagradas Escrituras supone el ejercicio de “cultivar una disponibilidad constante a la conversión”.
En la audiencia general de hoy miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre habló sobre Juan Escoto Eriúgena, "un destacado filósofo del Occidente cristiano", nacido en Irlanda en los inicios del 800 y fallecido alrededor del 870.
El Papa recordó las enseñanzas de Escoto, según las cuales la Escritura "fue dada por Dios para que el ser humano pudiera recordar todo lo que le había sido grabado en el corazón desde el momento de su creación "a imagen y semejanza de Dios" y que la caída original le había hecho olvidar. Gracias a la Escritura -escribe Escoto-, nuestra naturaleza racional puede ser introducida en los secretos de la auténtica y pura contemplación de Dios".
"La palabra de la Sagrada Escritura -añadió el pontífice- purifica nuestra razón un poco ciega y nos ayuda a volver al recuerdo de lo que nosotros, como imagen de Dios, llevamos en nuestro corazón herido por el pecado".
El Papa subrayó que de estas ideas "derivan algunas consecuencias hermenéuticas que pueden indicar también hoy el camino justo para una correcta interpretación de las Escrituras. Se trata de descubrir el sentido escondido en el texto sagrado y esto supone un ejercicio interior particular, gracias al cual la razón se abre el camino seguro a la verdad. Este ejercicio consiste en cultivar una disponibilidad constante a la conversión".
"El reconocimiento adorante y silencioso del Misterio divino es el único camino para una relación con la verdad, que sea la más íntima posible y la más escrupulosamente respetuosa de la alteridad", indicó.