NAZARET,
Al reunirse esta tarde con distintos líderes religiosos de Galilea en el Santuario de la Anunciación de Nazaret, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado a los distintos líderes cristianos, musulmanes, judíos y druzos presentes, a trabajar insistentemente por una cultura de paz.
El Santo Padre recordó, al iniciar su discurso, que fue en este lugar en donde el Arcángel Gabriel anunció a la Virgen que "concebiría por el poder del Espíritu Santo" y donde San José, en sueños, supo que debía llamar a ese niño Jesús.
Seguidamente el Pontífice explicó que "en el corazón de nuestras tradiciones religiosas está la convicción de que la paz es un don de Dios, que sin embargo no puede lograrse sin el compromiso humano. La paz duradera surge del reconocimiento de que el mundo, al final de cuentas, no es nuestro, sino el horizonte en el que somos invitados a participar en el amor de Dios y cooperar en la guía del mundo y la historia bajo su inspiración".
Tras explicar luego que "no podemos hacer lo que nos plazca con el mundo", Benedicto XVI precisó que "Galilea, una tierra conocida por su diversidad religiosa y étnica, es el hogar de un pueblo bien conocido por sus esfuerzos para vivir en una coexistencia armoniosa. Nuestras diferentes tradiciones religiosas tienen un poderoso potencial para promover una cultura de paz, especialmente a través de la enseñanza y la predicación de valores espirituales más profundos de nuestra común humanidad".
"Moldeando el corazón de los jóvenes, moldeamos el futuro mismo de la humanidad. Los cristianos se unen con facilidad a judíos, musulmanes, druzos y personas de otras religiones en el deseo de salvaguardar a los niños del fanatismo y la violencia mientras se les prepara para ser constructores de un mundo mejor".
Tras animar a continuar la coexistencia pacífica en Galilea y exhortar a ser testimonio de "los valores religiosos y espirituales que ayudan a sostener la vida pública, el Santo Padre resaltó que "la Iglesia Católica está comprometida a unirse a esta noble misión".