BELÉN,
Esta mañana el Papa Benedicto XVI llegó al Palacio presidencial de la Autoridad Palestina en Belén. Tras atravesar la frontera entre Israel y los Territorios Autónomos Palestinos por la Puerta de la Tumba de Raquel, el Papa manifestó el apoyo de la Santa Sede al derecho de los palestinos a una patria propia y abogó por la reconciliación de la convulsionada región.
El Santo Padre fue recibido por el presidente Mahmoud Abbas y pronunció un discurso en el que aseguró que peregrinación “en las tierras de la Biblia no habría sido completa sin una visita a Belén, la Ciudad de David y el lugar de nacimiento de Jesucristo -observó el Santo Padre-. Y tampoco habría podido venir a Tierra Santa sin aceptar la invitación del presidente Abbas de visitar estros territorios para saludar al pueblo palestino”.
“Sé cuanto habéis sufrido y seguís sufriendo a causa de los tumultos que han afligido esta tierra durante décadas. Mi corazón se dirige a todas las familias que han perdido sus hogares. A aquellos que lloran la pérdida de sus familiares y seres queridos en las hostilidades, especialmente en el reciente conflicto de Gaza les garantizo mi profunda participación y mi frecuente recuerdo en la oración. Rezo por vosotros todos los días e imploro al Excelso la paz, una paz justa y duradera en los territorios palestinos y en toda la región", agregó.
Dirigiéndose al presidente Abbas, el Santo Padre afirmó que "la Santa Sede apoya el derecho de su pueblo a la soberanía de una patria palestina en la tierra de vuestros antepasados, segura y en paz con sus vecinos, dentro de fronteras reconocidas internacionalmente. Aunque en el tiempo presente la realización de este objetivo parezca lejana, le animo, al igual que a su pueblo, a mantener viva la llama de la esperanza: esperanza de que se encuentre un punto de encuentro entre las legítimas aspiraciones, tanto de los israelíes como de los palestinos, a la paz y la estabilidad".
Tras recordar las palabras del Papa Juan Pablo II "no hay paz sin justicia, ni justicia sin perdón", el Santo Padre suplicó “a todas las partes implicadas en este añejo conflicto que dejen de lado cualquier rencor y cualquier contraste que obstaculice todavía el camino de la reconciliación, para llegar a todos con la misma generosidad y compasión, sin discriminaciones. Solo se puede lograr una coexistencia justa y pacífica entre los pueblos de Oriente Medio con espíritu de cooperación y respeto mutuo mediante el cual los derechos y la dignidad de todos se reconozcan y respeten".
"Pido a todos vosotros, a vuestros jefes, que reanudéis con esfuerzo redoblado el trabajo para alcanzar esos objetivos. Pido en particular a la Comunidad internacional que utilice su influencia en favor de una solución", agregó.