AMMAN,
En su encuentro con los líderes religiosos musulmanes, el Papa Benedicto XVI destacó la necesidad de que cristianos y musulmanes asuman "el desafío de cultivar para el bien, en el contexto de la fe y de la verdad, el gran potencial de la razón humana".
"Como creyentes en el único Dios sabemos que la razón humana es en sí misma un don de Dios y se eleva al plano más alto cuando es iluminada por la luz de la verdad de Dios. En realidad, cuando la razón humana consiente humildemente ser purificada por la fe no se debilita; al contrario, se refuerza al resistir a la presunción de ir más allá de los propios límites. De esta manera, la razón humana se refuerza en el empeño de perseguir su noble objetivo de servir a la humanidad", indicó.
El Papa llegó a la Mezquita "Rey Hussein Bin Talal" de Amman, erigida por voluntad del Rey Abdalá II en memoria de su padre, e inaugurada en 2006. Antes, el Santo Padre visitó también el Museo Hachemita, que está junto a la mezquita.
En el encuentro, el Príncipe Ghazi Bin Talal, uno de los firmantes del mensaje "Una palabra común entre nosotros y vosotros" (13 de octubre 2007) dirigido por 138 sabios musulmanes al Papa y a los responsables de otras Iglesias y confesiones cristianas, dirigió unas palabras al Papa. Al mensaje respondió el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, en nombre del Papa. La delegación de los líderes musulmanes, encabezada por el Príncipe Ghazi fue recibida por Benedicto XVI en el Vaticano el pasado 6 de noviembre.
Benedicto XVI expresó su preocupación por el hecho de que algunos consideren que la religión "es necesariamente una causa de división en nuestro mundo" y se preguntó si "a menudo no es verdad que la manipulación ideológica de la religión, a veces con fines políticos, es el "catalizador" real de las tensiones y de las divisiones y a menudo también de las violencias en la sociedad".
Musulmanes y cristianos, dijo, "deben ser coherentes en dar testimonio de todo lo que es justo y bueno, teniendo siempre en cuenta el origen común y la dignidad de cada persona humana, que es la cumbre del designio creador de Dios para el mundo y para la historia".