VATICANO,
En su nota editorial de este sábado, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede y de Radio Vaticano, P. Federico Lombardi, señaló que ante el próximo viaje del Papa Benedicto XVI a Tierra Santa que se inicia este viernes 8 de mayo "todos lo debemos acompañar no solo con una oración ordinaria, sino con aquella movilización espiritual a la que Juan Pablo II le llamaba 'la gran oración'".
El sacerdote jesuita recordó que "el día de la partida de Benedicto XVI a Tierra Santa es ahora inminente. El viaje más esperado y tal vez el más esforzado de su pontificado. Viaje de fe primero que nada, un viaje que es más que cualquier otro verdaderamente peregrinación: a los lugares más santos de la historia de la salvación y sobre todo de la Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, Hijo de Dios".
Seguidamente el P. Lombardi indicó que esta peregrinación constituye además "el deseo espiritual de todo cristiano, y se ha convertido en una prioridad para los pontífices cuando sus viajes internacionales se han vuelto una posibilidad concreta. No por nada la peregrinación a Tierra Santa de Pablo VI fue el primero de tales viajes. Fue un momento verdaderamente histórico y de gracia para la Iglesia Católica que celebraba el Concilio".
"Juan Pablo II –dijo luego el Director de la Sala de Prensa en Radio Vaticano– debió esperar largo tiempo antes de poder cumplir con el deseo de esta peregrinación, pero luego tuvo la alegría de poder hacerlo serenamente, en el corazón del gran Jubileo (del año 2000), verdadero culmen de su gran pontificado, con momentos de oración de sublime intensidad y con gestos memorables de amistad y cercanía a los pueblos judíos y palestino y a sus sufrimientos pasados y contemporáneos".
Ahora, continuó, "es el turno del Papa Benedicto. Sabemos que la situación política en el área es incierta, así como que las perspectivas de pacificación son frágiles. Pero el Papa se pone en camino igualmente, con un valor admirable que se funda en la fe, para hablar de reconciliación y de paz. Todos lo debemos acompañar no solo con una oración ordinaria, sino con aquella movilización espiritual a la que Juan Pablo II le llamaba 'la gran oración'".
Estas oraciones y el acompañamiento espiritual a Benedicto XVI, concluyó el P. Lombardi, servirá además "para que la Iglesia se renueve en sus fuentes, la unión entre los cristianos se acreciente, el odio deje paso finalmente a la reconciliación".