ROMA,
En su intervención en la jornada de estudio por los 800 años de los franciscanos que se realizó en la Pontificia Universidad Antonianum, el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Mons. Angelo Amato, explicó en qué consiste la santidad y qué significa la heroicidad de virtudes.
"Se puede afirmar –precisa el Prelado vaticano al principio– con el Concilio Vaticano II que todos los fieles están llamados a la santidad. La santidad es la vocación de todo bautizado. Como consecuencia hoy la santidad hace parte de la identidad de la Iglesia, Una Sancta, y del bautizado".
Según informa L'Osservatore Romano, tras recordar luego que "la fuente originaria de la santidad de la Iglesia y en la Iglesia es Dios Trinidad", Mons. Amato se refiere luego a la heroicidad de virtudes, que es también uno de los pasos más importantes que todo Siervo de Dios debe seguir en su proceso de canonización.
El Prelado recuerda que Santo Tomás de Aquino considera "la virtud heroica como la extraordinaria perfección de la parte razonable del alma". Santo Tomás, prosigue Mons. Amato, "explica luego la relación entre los dones del Espíritu Santo y la virtud. Los dones son indispensables para que el bautizado alcance su dimensión sobrenatural. En este contexto él habla de hábito heroico o divino, lo que indica una disposición hacia el bien más alta que la del común. La virtud heroica es el ejercicio en grado eminente de la virtud".
Seguidamente el Prefecto precisa que "en la virtud heroica el nivel moral que está presente en ella se eleva por encima del nivel moral de casi todos los hombres. Eso suscita admiración, lo que constituye también un elemento de la definición de la virtud heroica".
A la pregunta, asegura luego, sobre cómo se reconocen las virtudes heroicas, "se responde que el grado heroico es reconocible, en primer lugar por la frecuencia, por la prontitud y el carácter jubiloso de la actividad virtuosa; en segundo lugar por el hecho de que ante obstáculos complicados, formados por circunstancias externas o internas, estas se superan de modo tal que el héroe virtuoso puede ser considerado capaz de grandes sacrificios por el Evangelio en la total abnegación de sí mismo".