VATICANO,
Al presidir la Audiencia General de los miércoles, el Papa Benedicto XVI explicó que "las santas imágenes nos enseñan a ver a Dios en el rostro de Cristo, de los santos y de todos los seres humanos".
El Santo Padre dedicó su catequesis de hoy al patriarca San Germán de Constantinopla, que tuvo "un papel significativo en la compleja historia de la lucha por las imágenes durante la llamada crisis iconoclasta y supo resistir a la presión de un emperador iconoclasta como León III".
El Papa señaló que hay tres cosas que San Germán puede decir todavía a la humanidad contemporánea. En primer lugar, la necesidad de reconocer "la visibilidad de Dios en el mundo y en la Iglesia", porque "Dios creó al hombre a su imagen, pero esa imagen se cubrió de la suciedad del pecado" y el Creador "casi no se percibía. Así, el Hijo de Dios se hizo hombre y, en Cristo la imagen verdadera de Dios, podemos aprender a ser también nosotros imagen suya".
Si para contrarrestar la idolatría y el peligro de las imágenes paganas Dios prohibió a los israelitas construir imágenes suyas, "cuando Dios se hizo visible en Cristo mediante la Encarnación, fue legítimo reproducir el rostro de Cristo" y "las santas imágenes nos enseñan a ver a Dios en el rostro de Cristo, de los santos y de todos los seres humanos", indicó el Pontífice.
En segundo lugar, San Germán enseña "la belleza y la dignidad de la liturgia", que se debe celebrar "con la conciencia de la presencia de Dios y con la belleza y la dignidad que dejan entrever el esplendor de Dios".
El tercer punto, señaló, es "amar a la Iglesia". "Quizá en la Iglesia, como en nosotros, vemos el pecado, lo negativo, pero con la ayuda de la fe podemos hoy y siempre volver a descubrir en la Iglesia la belleza divina. En la Iglesia, Dios se nos ofrece en la Eucaristía, habla con nosotros, nos perdona y nos enseña a perdonar. Recemos para que Dios nos enseñe a ver en la Iglesia su presencia y su belleza, a ver su presencia en el mundo y para que nos ayude, haciéndonos transparentes con su luz".