TOLEDO,
"¡Niños misioneros, en vosotros está la esperanza! ¡Adelante! Que nadie os gane en generosidad para con los niños del Tercer Mundo, que carecen de casi todo. Que nadie os supere en ardor misionero", alentó el Cardenal Antonio Cañizares, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
En un artículo publicado en el diario La Razón este domingo titulado "Las misiones y los niños, el Purpurado invitó a participar en el III Encuentro de Infancia Misionera que se celebrará en el Telefónica Arena de Madrid los días 2 y 3 de mayo.
"Estos días se está llevando a cabo una gran campaña entre los niños, con el lema 'todos somos misioneros', tendente a despertar progresivamente en ellos una conciencia misional universal y a guiarlos hacia una comunión espiritual y material con los niños de las regiones y de las iglesias más pobres. Se trata de descubrir a los niños su ser misionero, como corresponde a todo bautizado, según su edad y posibilidades; o lo que es lo mismo, cultivar en ellos la dimensión misionera que corresponde a toda la Iglesia, como su identidad y gozo más profundo", señala el Cardenal.
El Purpurado, quien desde el fin de semana se encuentra en un hospital de Roma aquejado de una tromboflebitis, indicó que con la oración "se desarrolla y fortalece en los niños el sentido misionero que tiene la vocación cristiana en su más pura entraña; ellos se sienten así y son también misioneros". Los niños, añadió, "nos recuerdan a los mayores, a toda la comunidad eclesial, nuestra responsabilidad en la misión evangelizadora que Jesucristo nos ha confiado".
"¡Cuánto bien haríamos si los educadores –padres y madres, catequistas, maestros cristianos y sacerdotes, comunicadores– cultivásemos el espíritu misionero en los pequeños y los asociáramos de alguna manera y a su alcance a la gran obra misionera de la Iglesia, su razón de ser y su dicha más profunda! Me gustaría, desde esta página de opinión, invitar a todos los niños a que, siguiendo a Jesús, sean testigos de Dios vivo y de fe en Él, testigos de esperanza, testigos de una humanidad nueva, fraterna y solidaria, universal por encima de barreras y fronteras, testigos de Jesús, que es fuente de alegría, de amor y de amistad para todos".
Por último dirigiéndose a los niños, los exhortó a abrir "de par en par las puertas de vuestro gran corazón a Cristo y dad cabida y cobijo de hogar y amistad a los niños de los países pobres de misión y que todavía no tienen la dicha de conocer y ser amigos de Jesús. Que nadie os aventaje en rezar por las misiones, porque Dios escucha, sobre todo, las oraciones de los niños, como vosotros!"