VATICANO,
Al recibir este mediodía (hora de Roma) a los participantes del Encuentro de Educadores de Religión Católica en Italia, el Papa Benedicto XVI señaló que “la dimensión religiosa hace al hombre cada vez más hombre” e hizo votos para que a ejemplo de San Pablo quienes realizan esta tarea de educar en la fe “abran a vuestros estudiantes a esta dimensión de libertad”.
En su discurso, el Santo Padre exhortó también a los educadores a abrirse a la realidad de “plena comprensión del hombre redimido por Cristo, así como está en el proyecto de Dios, expresando así, ante tantos muchachos y sus familias, una verdadera caridad intelectual”.
“Poner al centro al hombre creado a imagen de Dios es, en efecto, lo que distingue cotidianamente vuestro trabajo, en unidad de esfuerzos con otros educadores y maestros”, prosiguió el Papa y resaltó que “la dimensión religiosa es intrínseca al hecho cultural, concurre a la formación integral de la persona y permite transformar el conocimiento en sabiduría de vida”.
Seguidamente Benedicto XVI subrayó que “con la plena y reconocida dignidad escolástica de vuestra enseñanza, contribuís, por una parte, a dar un alma a la escuela; y por otra, a asegurar a la fe cristiana la plena ciudadanía en los lugares de la educación y de la cultura en general. Gracias a la enseñanza de la religión católica, la escuela y la sociedad cuentan con verdaderos trabajadores de cultura y humanidad, en los cuales, descifrando el aporte significativo del cristianismo, se habilita a la persona a descubrir el bien y a crecer en la responsabilidad, a buscar la relación y a refinar el sentido crítico, y a mirar los dones del pasado para comprender mejor y proyectarse claramente hacia e futuro”.
El Santo Padre puso luego como ejemplo de verdadero maestro católico a San Pablo, en quien se puede reconocer al “discípulo humilde y fiel, al valeroso anunciador, al genial mediador de la Revelación. Características que os invito a mirar para alimentar vuestra identidad de educadores y de testimonios en el mundo de la escuela”.
A continuación el Papa precisó que la dimensión religiosa es “parte integrante de la persona, desde la primera infancia; y apertura fundamental a la alteridad y al misterio que precede toda relación y todo encuentro entre los seres humanos”.