VALENCIA,
Justo Aznar, uno de los firmantes del "Manifiesto de Madrid", Miembro de la Pontificia Academia para la Vida y Director del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia, explica diez razones biológicas que demuestran que el cigoto o embrión es un ser humano, razón por la cual debe defenderse siempre, especialmente ante la ampliación de la ley del aborto promovida por el PSOE.
El también Miembro de la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana explica en un extenso artículo estas razones que lo llevaron a firmar el mencionado manifiesto, entre ellas, que "el cigoto (unión del óvulo con el espermatozoide), y concretamente el embrión de pocos días, posee identidad genética propia, pues en su genoma está contenida toda la información necesaria para que el nuevo ser se desarrolle completamente hasta su condición de ser adulto vivo. Es decir, en él el genoma está determinando su identidad genética, base de su identidad individual".
Asimismo, el experto precisa que "la evolución posterior del embrión es un proceso biológico continuo que va dando lugar a las distintas realidades fenotípicas, pero siempre dentro de una unidad vital que lo identifica como un ser humano, genéticamente distinto a todos los demás".
Sin embargo, continúa, "identificar la individualidad del ser humano con su genoma parece un concepto limitado e incluso erróneo. Cada día existen más argumentos biológicos para admitir que un individuo humano es algo más, seguramente bastante más, que su código genético".
"Otra razón biológica que avala que el producto resultante de la primera y subsiguientes divisiones del cigoto no es un conglomerado celular, sino un ser biológico vivo de la especie humana, es todo lo referente a la denominada información de posición. Esta hace referencia a determinados mecanismos que regulan la diferenciación de las células del embrión temprano dependiente de las interacciones que se establecen entre las propias células y entre cada una de ellas con su nicho celular, interacciones que promueve la expresión de nuevos genes".
Seguidamente el científico español afirma que "no solamente existen mecanismos bioquímicos que regulen la evolución de ese embrión temprano, sino también genéticos. En efecto, es sabido que las células del embrión a medida que progresa su evolución biológica pierden plasticidad, es decir, van perdiendo la capacidad de generar tipos celulares distintos. Pues bien, este proceso está genéticamente regulado".