BUENOS AIRES,
El Obispo de Goya (Argentina), Mons. Ricardo Faifer, recordó con ocasión de la Pascua de Resurrección, que los cristianos deben llevar la nueva vida del Señor Jesús a la vida cotidiana.
"El camino de la Pascua nos habla de vida nueva, hombre nuevo, luz nueva. Quedan atrás la muerte y el pecado, el hombre viejo, las tinieblas. En efecto, la Pascua es el paso de lo viejo y caduco a la novedad de Cristo", explicó.
"¡Qué hermoso don de Vida nueva nos ofrece Cristo Resucitado!¡Cómo nos urge una respuesta coherente y un compromiso vigilante y continuo! ¡Que florezca, entonces, la Pascua en una conducta nueva y luminosa en cada uno de nosotros y en las comunidades!", exclamó el Prelado.
Tras exhortar, tomando palabras de San Pablo, a celebrar la Pascua "no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad", Mons. Faifer alentó a manifestar la Pascua en el paso de "la vieja levadura del individualismo que olvida y excluye al hermano al pan nuevo de la comunión fraterna que se acuerda del hermano y lo incluye; de la vieja levadura del disfrute egoísta y del consumismo avasallador al pan nuevo del compartir solidario y de la sabia sobriedad en el uso de los bienes".
Asimismo, el Obispo explicó que esto también se expresa en el paso "de la vieja levadura del atropello a la naturaleza al pan nuevo del razonable respeto al bosque nativo, al agua y a la tierra; de la vieja levadura del voto cautivo en el clientelismo al pan nuevo del voto responsable y sanamente crítico".
Para el Prelado, la Pascua también ha de manifestarse en el paso de "la vieja levadura de quien sólo exige derechos al pan nuevo del ciudadano que también cumple sus deberes; de la vieja levadura del desenfreno de una sexualidad irresponsable y violenta al pan nuevo de una sexualidad responsable y casta al servicio del amor y de la vida".