Jory Aebly es un "milagro viviente" para los habitantes de Cleveland, Ohio. Este joven de 26 años recibió un disparo en la cabeza durante un asalto, los médicos lo desahuciaron en cuanto llegó al hospital pero sobrevivió y ya fue dado de alta. Su asombrosa curación ha sido vinculada a la intercesión del Siervo de Dios Juan Pablo II.
La noche del 21 de febrero pasado, Jory y su amigo Jeremy Pechanec sufrieron un asalto en el centro de Cleveland. Los atacantes les dispararon en la cabeza al estilo de una ejecución.
Jeremy falleció y Jory llegó con vida al hospital Metro Health, pero los médicos advirtieron a la familia que su herida era mortal y no tenía posibilidades de sobrevivir. La bala ingresó al cerebro por detrás de la oreja izquierda y se alojó en el hemisferio derecho dejando a su paso fragmentos óseos y balísticos.
Para el médico Robert Geertman, el neurocirujano que trató a Jory, su caso es "muy milagroso" porque la bala atravesó lo dos lóbulos del cerebro y su progresiva mejoría le resultaba increíble.
El joven fue dado de alta el 31 de marzo, con una conferencia de prensa en la que agradeció las oraciones de todos. Ahora recibe terapias ambulatorias de rehabilitación, camina, habla y espera poder recuperar su trabajo pronto.
La conexión entre el joven, la increíble recuperación y el fallecido Papa Juan Pablo II, la hizo el capellán del hospital, Padre Art Snedeker, quien entregó a Jory el último de una docena de rosarios bendecidos por el Pontífice que tenía en su poder.