Lila Rose es una estudiante universitaria de 20 años de edad que comparte sus estudios con una osada iniciativa personal: desarrolla operaciones encubiertas para exponer las prácticas clandestinas y hasta ilegales que se realizan en las clínicas abortistas de la cadena Planned Parenthood.
Desde el año 2007, Lila Rose ingresa a clínicas abortistas de distintos estados y se presenta como una menor de edad embarazada de un adulto, un hecho que para la legislación estadounidense constituye un delito y que debería ser denunciado ante la policía.
Provista de cámaras y micrófonos ocultos, Lila Rose ha registrado la conducta del personal de varias clínicas abortistas que lejos de plantear a la menor denunciar a su eventual abusador, hace oídos sordos al relato de la adolescente, omite la información en el registro de la paciente y le ofrece abortar.
Según Deal W. Hudson, de InsideCatholic.com, si alguien "piensa que el movimiento pro-vida se ha quedado sin energía y nuevas ideas, debería conocer a Lila Rose". La joven proviene de una familia de cristianos evangélicos de San José, California, pero hace unos días, hizo pública su conversión al catolicismo.
Las operaciones de Lila Rose y su fundación Live Action llevaron recientemente al fiscal general de Arizona a abrir una investigación oficial sobre una clínica de Planned Parenthood en Tucson.
Lila Rose se ha convertido en la peor pesadilla de las clínicas abortistas y ha puesto en alerta a la cadena Planned Parenthood. Cada filial de la cadena exhibe una fotografía de Lila Rose en sus paredes, "como si se tratara de un criminal", según Hudson.