VATICANO,
El Papa Benedicto XVI envió un mensaje a Mons. Geraldo Lyrio Rocha, Presidente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil y Arzobispo de Mariana, en ocasión del comienzo, hoy Miércoles de Ceniza, de la Campaña de Fraternidad de la Iglesia en Brasil que este año tiene como lema: "La paz es fruto de la Justicia".
En el mensaje, el Santo Padre recuerda que en el documento final de la V Conferencia General del Episcopal Latinoamericana y del Caribe celebrada en Aparecida (Brasil) en 2007 se describían los "signos evidentes de la presencia del reino de Dios en la vivencia personal y comunitaria de las Bienaventuranzas, en la evangelización de los pobres, en el acceso de todos a los bienes de la creación, en el perdón mutuo, sincero y fraternal y en la lucha para no sucumbir a la tentación de ser esclavos del mal".
"La Cuaresma –prosiguió el Papa– nos invita a luchar sin desfallecimiento para hacer el bien, precisamente porque sabemos lo difícil que es para nosotros, seres humanos, decidirnos seriamente a practicar la justicia, absolutamente necesaria para que la convivencia se inspire en la paz y en el amor y no en el odio y la indiferencia".
Tampoco "ignoramos que aunque se alcance una distribución razonable de los bienes y una organización armoniosa de la sociedad, jamás desaparecerá el dolor de la enfermedad, de la incomprensión, de la soledad, de la muerte de las personas amadas, de la conciencia de nuestros límites", añadió.
"Nuestro Señor aborrece la injusticia y condena a quienes la cometen. Pero respeta la libertad de cada individuo y por eso permite su existencia, ya que forma parte de la condición humana después del pecado original".
A pesar de ello, concluyó, "su corazón, lleno de amor por los seres humanos le llevó a cargar, al mismo tiempo que con la Cruz, con todos esos tormentos: nuestro sufrimiento, nuestra tristeza, nuestra hambre y sed de justicia. Pidámosle que sepamos dar testimonio de los sentimientos de paz y reconciliación que lo inspiraron en el Sermón de la Montaña para llegar a la eterna bienaventuranza".