VATICANO,
Al recibir hoy a los participantes en la sesión del Consejo de gobernadores del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), que este año celebra su treinta aniversario, el Papa Benedicto XVI los exhortó a un renovado compromiso por combatir el hambre y la pobreza en el mundo, ayudando de manera especial a las comunidades rurales.
"Cuando los países ricos y las naciones en desarrollo toman decisiones conjuntas y determinan los criterios específicos para la contribución presupuestaria de cada país al Fondo, se puede decir realmente que los diferentes Estados miembros actúan en el mismo nivel, expresando su solidaridad con los otros y su compromiso compartido por eliminar la pobreza y el hambre. En un mundo cada vez más interdependiente, los procesos de toma de decisiones conjuntas de este tipo son esenciales para que los asuntos internacionales se lleven a cabo con justicia y previsión", dijo el Papa.
Benedicto XVI también resaltó que el FIDA promueve las "oportunidades de empleo en las comunidades rurales, con el fin de que no tengan que depender de la ayuda externa a largo plazo". En este contexto, aseguró el Papa, son necesarios "los proyectos de crédito rural para ayudar a los cultivadores minifundistas y a los agricultores que no tienen tierras de su propiedad pueden estimular la economía a gran escala y proporcionar una mayor seguridad alimentaria a todos".
"Estos proyectos, también ayudan a las comunidades indígenas para que sus propias tierras sen fértiles y a vivir en armonía con su tradición cultural, en vez de verse obligados al desarraigo para buscar empleo en ciudades superpobladas, con muchos problemas sociales, donde a menudo tienen que soportar condiciones de vida miserables".
Tras subrayar que "el principio de subsidiariedad requiere que cada grupo social sea libre de contribuir al bien del conjunto", Benedicto XVI señaló que "con mucha frecuencia, a los agricultores en las naciones en desarrollo se les niega esa oportunidad, cuando su trabajo es explotado con avidez y su producción es desviada a distintos mercados, con escaso o ningún beneficio para la comunidad local".
Finalmente el Papa agradeció la labor del IFAD y precisó que "es necesaria una renovada determinación para actuar en armonía y solidaridad con todos los diferentes miembros de la familia humana de modo que se asegure un acceso equitativo a los recursos de la tierra ahora y en el futuro".