VATICANO,
En un reciente comentario con motivo del próximo viaje del Papa Benedicto XVI a Tierra Santa, el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, señaló que el Santo Padre ha tomado "una decisión valiente" al hacer esta visita, en medio de las distintas tensiones en la región como el reciente conflicto de la Franja de Gaza.
El sacerdote jesuita, también Director de Radio Vaticano, afirma en esta emisora que esta "es una bella noticia. Ir a Jerusalén: es el deseo de todos los israelíes y de todos los cristianos. Los antiguos israelitas subían a ella cantando, Jesús se dirigió a ella decididamente para cumplir hasta el final la voluntad del Padre. Ir como peregrinos a los lugares más santos, lugares de encuentro entre Dios y los hombres que han signado la historia de nuestra salvación".
"También el Papa –continúa– tiene este deseo. Aunque antes no ha estado allí, siente la necesidad de presentarse como cabeza de una comunidad de creyentes, que pueden peregrinar en unión espiritual con él por medio de él a los lugares de las raíces de su fe. Es el caso por ejemplo de Pablo VI quien inició en Tierra Santa la serie de viajes internacionales de los Papas, que luego fuera seguido por Juan Pablo II poniendo así signos inolvidables de reconciliación, esperanza y paz".
"Ahora le toca a Benedicto. La suya es una decisión valiente, cuando existen las incertidumbres de la situación política, las numerosas divisiones internas en varias esferas. Existen continuas tensiones de una región con conflictos y donde recientemente ha habido una guerra que ha devastado la Franja de Gaza y herido profundamente a su pueblo".
Ante algunas "sombras o diferencias que parecen oscurecer el diálogo bien habido entre el mundo judío y la Iglesia Católica", dice luego el P. Lombardi "es necesario ir (a Tierra Santa). Tal vez por todos estos motivos es urgente ir".
Esta visita, concluye el P. Lombardi, "servirá para rezar por los puntos más cruciales del enfrentamiento entre el odio y el amor: allí donde la reconciliación parece humanamente imposible. Para recordar que el nombre y la vocación de Jerusalén es la de ser 'ciudad de la paz', de encuentro de los pueblos en el nombre de un Dios de salvación, de paz y de amor por todos".