PARIS,
El Arzobispo de Burdeos y miembro de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, Cardenal Jean Pierre-Ricard, señaló que el levantamiento de la excomunión impuesta a los 4 obispos ordenados en 1988 por Marcel Lefebvre exige de parte de ellos y sus seguidores el reconocimiento del Concilio Vaticano II.
En una declaración publicada en el sitio web de la Conferencia Episcopal Francesa, el Purpurado explicó que "el Papa Benedicto XVI ha querido llegar hasta el final en lo que puede considerarse una mano tendida, como invitación a una reconciliación. El Papa, teólogo e historiador de la teología, sabe el drama que representa un cisma en la Iglesia" como el generado por el arzobispo Lefebvre al ordenar a 4 obispos sin permiso. "Entiende la pregunta que con frecuencia se hace en la historia de los cismas: ¿Se pusieron todos los medios para evitar este cisma?", indicó.
El Papa Benedicto XVI, continuó el Cardenal Ricard, "se sintió invitado a la misión de hacer todo lo posible para atraer a los hijos alejados de la unidad eclesial" pues "conoce bien el asunto porque estuvo encargado por el Papa Juan Pablo II para ponerse en contacto con Mons. Lefebvre e intentar impedir que se cometiera el acto irremediable de las ordenaciones episcopales" sin permiso del Pontífice.
Seguidamente, el miembro de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, dicasterio de la Santa Sede creado para el diálogo con los lefebvristas, precisó que "el levantamiento de la excomunión no es el final sino el comienzo de un proceso de diálogo. No soluciona dos asuntos fundamentales: la estructura jurídica de la Fraternidad San Pío X en la Iglesia y un acuerdo sobre los asuntos dogmáticos y eclesiológicos. Pero abre un camino que debe recorrerse juntos. Este camino será sin duda largo. Exigirá un mejor conocimiento mutuo y estima".
"En algún momento –destacó luego– el asunto del Concilio Vaticano II como documento magisterial de primera importancia deberá tenerse en cuenta ya que es fundamental".
"Podemos pensar que la dinámica suscitada por el levantamiento de la excomunión deberá ayudar a encaminar este diálogo querido por el Papa", concluyó el Cardenal.