VATICANO,
Al recibir esta mañana en el Vaticano a los obispos de la Iglesia de Antioquia de los Sirios, el Papa Benedicto XVI alentó a que "en Oriente, desde donde se anunció el Evangelio, las comunidades cristianas sigan viviendo y dando testimonio de su fe, como han hecho a lo largo de los siglos".
En su discurso a la delegación presidida por el nuevo Patriarca de los Sirios, su beatitud Ignace Youssif III Younan, el Papa también hizo votos para que los católicos de esta región "reciban los cuidados pastorales adecuados todos los que se hallan fuera para que puedan seguir ligados a sus raíces religiosas".
Seguidamente, Benedicto XVI expresó su deseo de que las comunidades católicas orientales, "en cualquier lugar donde se encuentren" sepan "integrarse en su nuevo contexto social y eclesial sin perder su propia identidad y conservando la huella de la espiritualidad oriental, de modo que utilizando las palabras de Oriente y Occidente la Iglesia hable eficazmente de Cristo a la humanidad actual".
"Desde los orígenes del cristianismo –prosiguió– los apóstoles Pedro y Pablo estuvieron íntimamente ligados a Antioquia, donde por primera vez los discípulos de Jesús recibieron el nombre de cristianos", y recordó a los ilustres padres de la fe de esa región, desde San Ignacio, Obispo de Antioquia, a San Efrén, "cuya luz espiritual sigue iluminando la Iglesia universal".
"El nuevo Patriarca es el primer guardián de esa herencia; sin embargo, cada uno de vosotros, como hermano y miembro del Sínodo, tendrá que ayudarle en esa tarea con espíritu de auténtica colegialidad episcopal. Pongo en las manos del nuevo patriarca y del episcopado siro-católico en primer lugar y ante todo el deber de la unidad entre los pastores y en el seno de las comunidades eclesiales".
El Santo Padre se refirió después a la concesión de la comunión eclesial solicitada por el nuevo Patriarca, subrayando que la había concedido "de buena gana, cumpliendo un aspecto del servicio petrino que me agrada mucho. La comunión con el Obispo de Roma, sucesor del apóstol Pedro, establecida por el Señor como fundamento visible de la unidad en la fe y en la caridad, garantiza el lazo con Cristo el Pastor e inserta a las Iglesias particulares en el misterio de la Iglesia una, santa, católica y apostólica".