ROMA,
El Penitenciario Mayor de la Santa Sede, Cardenal Francis Stafford, señaló que "las palabras y el lenguaje del perdón son centrales en el misterio de la reconciliación cristiana" y cómo esta experiencia es vital para el ser humano; en su intervención en la inauguración del Simposio "La Penitenciaría Apostólica y el Sacramento de la Penitencia: recorrido histórico-jurídico-teológico y perspectivas pastorales".
Según informa L'Osservatore Romano, en el evento que se celebra hasta hoy en el Palacio de la Cancillería, el Purpurado explicó que en 2003, al ser nombrado por el Papa Juan Pablo II para este cargo en la Santa Sede, reflexionó varias semanas sobre la "ontología del perdón y la reconciliación en la Iglesia Católica" y señaló cómo "con gran sorpresa descubrí que en el medioevo esta experiencia fue enorme".
"Encontré –continuó– la expresión culminante de la experiencia católica de la reconciliación en los últimos cantos del Purgatorio de Dante. Solo el lenguaje hace posible la comunicación de la reconciliación entre nosotros. Al considerar cómo el lenguaje es la causa del ser humano, y al contrario, según Agustín, el mal es la privación del bien, es necesario que articulemos nuestra deficiencia ontológica según la reconciliación".
Tras resaltar la centralidad de la Cruz de Cristo para comprender el amor de Dios que se entrega hecho hombre por cada uno de los seres humanos, el Cardenal se refiere al origen de la Penitenciaría Apostólica y explica cómo éste se podría encontrar en el III Concilio Lateranense de 1179 convocado por el Papa Alejandro III; y cómo el segundo de los Penitenciarios Mayores de la "Curia Romana", expresión comenzada a usar por el 1169 – el Cardenal Giovanni Colonna, fue uno de los que apoyaría luego a San Francisco de Asís en la Santa Sede.
Al referirse luego a los fines pastorales de la Penitenciaría, el Cardenal Stafford precisó que "en el pasado y en el presente, los Papas han confiado a la Penitenciaría Apostólica la autoridad para el fuero interno. En los últimos siglos han asignado a este ámbito una cierta prioridad respecto al externo. Actualmente su competencia tiene que ver exclusivamente con el fuero interno y se ocupa de problemas canónicos y pastorales".
Luego de mencionar algunas reformas que este dicasterio ha experimentado con algunos Papas siempre para mejor servir a los fieles, el Purpurado explica brevemente la evolución del concepto del "fuero interno" e indica que "la Penitenciaría Apostólica trata la decadencia de la cotidianidad. Es a esto a lo que los Papas se referían cuando, hace más de 830 años, confiaron a la Penitenciaría Apostólica ciertas reservas, irregularidades y censuras del fuero interno. La Penitenciaría Apostólica se ocupa además de vicios mayores. Las vidas de las personas son signadas frecuentemente por formas mayores de excesos y defectos" que se originan, en "la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la soberbia de la vida", como dice la Primera Carta de Juan en el capítulo 2, 16.