LONDRES,
"Aya" es una palabra árabe que significa "milagro" y por eso Mahmoud Soliman decidió darle este nombre a su pequeña hija, nacida a las 26 semanas de gestación, dos días después de que los médicos declararan la muerte cerebral de su madre.
Aya Jayne Soliman, de padre egipcio y madre inglesa, nació con menos de un kilogramo de peso y aunque su condición de prematura extrema es delicada, la niña se recupera con el amor de su familia en el hospital John Radcliffe de Oxford.
Según informó el Daily Mail, hace una semana, su madre Jayne Soliman, quien fuera campeona de patinaje a fines de los ‘80s, sufrió una hemorragia cerebral a causa de un agresivo pero silencioso tumor. Los médicos no pudieron salvar su vida, sin embargo hicieron todo lo posible por salvar a la bebé que llevaba en a su vientre.
Los médicos –con el consentimiento del esposo– decidieron mantener a Jayne con vida artificial y administrar fármacos a la niña para acelerar el desarrollo de sus pulmones y darle la oportunidad de sobrevivir al parto.
Dos días después, los médicos practicaron una cesárea a Jayne. Los médicos acercaron a la niña hacia el cuerpo de Jayne y luego fue entregada a su padre, quien entre lágrimas la recibió en sus brazos.
Jayne y Mahmoud se conocieron en Egipto cuando ella trabajaba como maestra de patinaje. Tras casarse en mayo de 2007, sufrió una pérdida y recibió con alegría su segundo embarazo. Según su esposo, la ex deportista llevó un embarazo muy saludable y siguió con su trabajo como entrenadora.