ROMA,
El Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, Cardenal Franc Rodé, describió los orígenes de la crisis de la vida religiosa actual, alentó una auténtica renovación de ésta; especialmente la de aquellos de vida activa; y recordó la clara continuidad en la tradición y el decisivo aporte del Concilio Vaticano II en este campo.
Según informa L'Osservatore Romano, en un extenso discurso pronunciado en Boston, Estados Unidos, en un encuentro con religiosos y religiosas de América del Norte, el Cardenal Rodé precisó que existen en la Iglesia actualmente algunos que "han optado por caminos que los han alejado de la comunión con Cristo en la Iglesia Católica, aunque han decidido 'estar' físicamente en la Iglesia".
Frente a estos, precisó luego el Cardenal, "también están quienes creen firmemente en su vocación y buscan los medios para invertir la tendencia actual, en otras palabras, realizar una verdadera renovación".
Luego de explicar que en ocasiones, el Concilio Vaticano II ha sido interpretado con una "hermenéutica de ruptura y discontinuidad" que ha llevado a una serie de errores y tergiversaciones, el Purpurado señaló que "seguramente había mucho por corregir en la vida religiosa y mucho por mejorar en la formación de los religiosos. Debemos también admitir que la sociedad ha propuesto desafíos para los que muchos religiosos no estaban preparados".
En todo caso, destacó al respecto, "debemos afirmar categóricamente no solo que el Concilio no se equivocaba en su impulso de renovación de la vida religiosa, sino que fue verdaderamente inspirado por el Espíritu Santo para hacerlo".
"La vida religiosa, siendo un don del Espíritu Santo para cada religioso y la Iglesia, depende especialmente de la fidelidad a sus orígenes, fidelidad al fundador y al carisma particular. La fidelidad a este carisma es esencial, porque Dios bendice la fidelidad mientras 'resiste a los soberbios'. La completa ruptura de algunos con el pasado va, por tanto, contra la naturaleza de una congregación religiosa, y en sustancia, provoca el rechazo a Dios".