VATICANO,
Al recibir esta mañana las cartas credenciales del nuevo Embajador de Argentina ante la Santa Sede, Juan Pablo Cafiero, el Papa Benedicto XVI destacó que "la Iglesia, en el ejercicio de la misión que le es propia, busca en todo momento promover la dignidad de la persona y elevarla de modo integral para el beneficio de todos".
El Papa dijo luego que la Iglesia, "sin pretender convertirse en un sujeto político aspira, con la independencia de su autoridad moral, a cooperar leal y abiertamente con todos los responsables del orden temporal en el noble diseño de lograr una civilización de la justicia, la paz, la reconciliación, la solidaridad y de aquellas otras pautas que nunca se podrán derogar ni dejar a merced de consensos partidistas, pues están grabadas en el corazón humano y responden a la verdad".
Tras recordar las raíces cristianas de Argentina, el Papa señaló que "el mensaje evangélico ha arraigado hondamente en esa nación, dando cuantiosos frutos, especialmente en preclaros modelos de conducta que han enriquecido a los demás con el testimonio ejemplar de sus virtudes humanas y cristianas".
Como ejemplo de esta apropiación de la fe en Argentina, Benedicto XVI se refirió al Beato Ceferino Namuncurá, joven mapuche, como "signo espléndido de cómo Cristo, siendo realmente el Logos encarnado, 'el amor hasta el extremo', no es ajeno a cultura alguna ni a ninguna persona; por el contrario, la respuesta anhelada en el corazón de las culturas es lo que les da su identidad última, uniendo a la humanidad y respetando a la vez la riqueza de las diversidades, abriendo a todos al crecimiento en la verdadera humanización".
"El siglo XXI va mostrando cada vez con mayor nitidez la necesidad de forjar la vida personal, familiar y social de acuerdo con esos valores irrenunciables que enaltecen a la persona y a toda la comunidad. Entre ellos hay que destacar el respaldo a la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su término natural, la erradicación de la pobreza, la lucha contra la corrupción, la adopción de medidas que asistan a los padres en su derecho inalienable de educar a sus hijos en sus propias convicciones éticas y religiosas, la promoción de los jóvenes para que sean hombres y mujeres de paz y reconciliación".