MADRID,
Al presentar el primer catálogo internacional de estampas, el Prefecto Emérito de la Penitenciaría Apostólica, Mons. Luigi De Magistris, dio a conocer que el fundador del partido comunista italiano, Antonio Gramsci, el autor de uno de los más completos y sofisticados métodos de hegemonía ideológica –utilizado aún hoy por los principales enemigos de la Iglesia– retornó a la fe católica de su infancia y recibió los sacramentos antes de morir en abril de 1937.
Para Gramsci, que desarrolló una versión más sofisticada de marxismo, que dio lugar al llamado "Euro-comunismo", la Iglesia Católica y la familia cristiana eran los enemigos principales para lograr el control de las mentes y la cultura, algo que consideraba indispensable para que la toma del poder político no fracasara con el paso del tiempo.
Entre las medidas para lograr lo que denominaba "hegemonía cultural", Gramsci proponía acabar con las creencias, tradiciones y costumbres que hablen de la trascendencia del hombre, ridiculizándolas; silenciar con la calumnia todo lo que hable de algo trascendente; crear una nueva cultura en donde la trascendencia no tenga lugar, infiltrando la Iglesia para conseguir, por cualquier medio, que obispos y sacerdotes disidentes hablen en contra de ella. Este plan básicamente proponía destruir la Iglesia "desde dentro".
Según el diario español La Razón, el primero en cubrir la noticia, la conversión de Gramsci es un hecho que "ha sido afirmado y desmentido en diversas ocasiones, pero esta es la primera vez que un miembro de la Curia (vaticana) asegura que el rumor es cierto".
En efecto, durante la conferencia de prensa difundida por Radio Vaticano, Mons. De Magistris explicó que "Gramsci tenía en su habitación (en el hospital donde esperaba la muerte) la imagen de Santa Teresita del Niño Jesús. Durante su enfermedad, las monjas de la clínica en la que estaba ingresado llevaban a los enfermos la imagen del Niño Jesús, para que la besaran. Como a Gramsci no se la llevaron, él se quejó: '¿Por qué no me la habéis traído?', les dijo. Entonces –afirma el Prelado– le trajeron la imagen del Niño Jesús y la besó. Recibió también los sacramentos, volvió a la fe de la infancia. La misericordia de Dios nos 'persigue' santamente, el Señor no se resigna a perdernos".
Según el diario italiano Il Giornale, la fuente citada por Mons. De Magistris sería "una religiosa natural de Sardeña, hermana de Mons. Giovanni Maria Pinna, Secretario de la Signatura Apostólica. Sor Pinna, en una Misa en sufragio del hermano, celebrada en la iglesia de San Lorenzo en Damaso, contó la historia sobre Gramsci".