VATICANO,
Hoy se presentó en el Vaticano "Amor Infinito" el nuevo disco del tenor español Plácido Domingo que recoge poesías del Siervo de Dios Juan Pablo II. Las autoridades vaticanas elogiaron la impresionante producción y aseguran que en ella se transmite que el secreto de la poesía papal es el amor de Dios por el hombre.
Al presentar esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el Álbum "'Amor infinito' - Canciones inspiradas en las poesías de Juan Pablo II - Karol Wojtyla", interpretadas por el maestro Plácido Domingo, Mons. Crepaldi destacó que "esta singular iniciativa que se presenta hoy reúne dos artes, la poesía y la música, que combinadas, han producido un álbum de canciones titulado 'Amor infinito'".
"La escucha de las canciones, magníficamente interpretadas por el Maestro Plácido Domingo y por la London Symphony Orchestra, recuerdan a Juan Pablo II y toda su vida, a menudo marcada por momentos dramáticos, vivida con la pasión de Dios y del ser humano", añadió.
Tras preguntarse "¿cuál es el secreto de esta poesía wojtyliana, traducida también en tantos textos poéticos?", el Obispo precisa que "el punto de partida es éste: para Juan Pablo II todo nace de un sí de Dios al ser humano, de un diseño de amor infinito de Dios. El sí de Dios al ser humano significa un sí a su dignidad, a sus auténticas necesidades. Significa un sí al mundo y a todo lo que hay de bello, de bueno, de justo en la vida".
Asimismo subrayó que "con su sí al ser humano Dios lo toma como de la mano y lo eleva por encima de todas las cosas creadas. Le asigna un destino de eternidad. La luz del sí de Dios al ser humano ilumina, por tanto, toda su existencia, hace comprender mejor quién es y cuál es su destino. Hace entender mejor el verdadero valor de las relaciones entre los hombres: la referencia a la común filiación y fraternidad ayuda a la gramática de las relaciones humanas, de modo que se conformen a la dignidad de la persona y a su verdadero bien".
"El sí originario de Dios nos dice que llama al ser humano amándolo, lo convoca sacrificándose, y esto es algo inaudito entre las religiones, excepto para el cristianismo. En la fuente del cristianismo no existe un sí del ser humano a Dios, sino todo lo contrario", continuó.