ROMA,
El Arzobispo de Kirkuk, Mons. Louis Sako, resaltó que "Irak sin cristianos es un país más pobre. Sería desastroso para la convivencia, para la tolerancia y esto no solo para Irak sino para todo el Medio Oriente".
Según informa la agencia SIR, el Prelado hizo esta precisión en su intervención en la clausura del encuentro nacional del Episcopado italiano de los delegados diocesanos para el ecumenismo y el diálogo interreligioso.
También se refirió a la dramática situación de los cristianos en Irak, "la mitad de la cual está refugiada en el exterior, sobreponiéndose de la violencia, estupros, homicidios y secuestros originados de falsas motivaciones religiosas" por parte de extremistas musulmanes.
Para Mons. Sako, "Irak es un país bajo los terroristas cuyos líderes no son iraquíes sino extranjeros, en donde además la clase cultural está dispersa. Los cristianos son tomados como chivos expiatorios, para ser eliminados, para ser cazados en las calles, para instituir un estado islámico. Son considerados ‘dhimmi’, o ciudadanos de segunda clase".
"Podemos celebrar nuestros ritos –prosiguió– pero no podemos anunciar el Evangelio. Hay musulmanes que en secreto vienen a pedir el bautismo, pero luego son obligados a huir. No existe libertad de conciencia, por lo tanto no se admite la conversión a otras religiones".
Sin embargo, explica el Arzobispo iraquí, todo esto no impide el diálogo interreligioso: "con el Islam hay un diálogo de la vida. A nuestros hermanos musulmanes testimoniamos nuestra fe en Dios con la fidelidad, la moral cristiana, la paciencia, el perdón, la humildad. Testimoniamos a Dios con la caridad".