LA HABANA,
A pocos días de la beatificación de Fray José Olallo Valdés, los obispos de Cuba publicaron un mensaje en el que piden a los cubanos aprender la lección de caridad y amor a Dios del futuro beato.
"Anhelamos que el ejemplo de santidad del Padre Olallo despierte en todos los cubanos el deseo de volverse hacia Dios y permanecer en Él, que afiance en cada uno la decisión de ir con María al encuentro de Jesucristo pues Él es el rostro del verdadero amor vivido por el Padre Olallo y que recibe el nombre de caridad, el mismo de nuestra Madre del Cobre, la que nos une y nos salva como personas y como pueblo", afirman los obispos en el Mensaje publicado con ocasión de la beatificación prevista para este sábado en Cuba.
El mensaje, titulado "el Padre Olallo, un regalo de Dios para la Iglesia y para el pueblo cubano" fue divulgado por la agencia vaticana Fides y en el texto los obispos destacan cómo la virtud de la caridad "fue vivida por él de modo audaz, creativo y sin límites hacia quienes estaban en situaciones críticas, no importándole vida, salud, desgaste, cansancio".
Lo obispos recordaron que Fray Olallo hizo del hospital en el que trabajaba "una gran familia de hermanos a pesar de las múltiples diferencias de sus pacientes"; mientras "oraba mañana, tarde y noche, recorría la Calle de los Pobres (que hoy lleva su nombre) ayudándolos material y espiritualmente, auxiliaba a los presos, daba comida a los hambrientos y evangelizaba mediante sus famosas tertulias nocturnas por las que educó a muchos en la fe, salvando matrimonios y reconciliando a enemigos. De este modo se convirtió en padre y madre de innumerables personas".
Los prelados alentaron a los cubanos a entusiasmarse con el ejemplo del futuro beato y que "sepamos valorar el gran amor con el que tantos padres y madres cuidan con esmero a sus hijos discapacitados; tantos buenos hijos a padres o tantas personas prestan alegre y espontáneamente su ayuda al prójimo".
Asimismo dieron gracias a Dios por el don de "tantas religiosas dedicadas al cuidado de niños, ancianos y enfermos, y de tantos Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, dedicados también, desde hace más de 400 años, a la atención de los que padecen en su cuerpo y en su espíritu".