ROMA,
El Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Cardenal Ennio Antonelli, señaló que Eluana Englaro "ha sido condenada a morir de hambre y sed porque vive en un estado vegetativo desde hace muchos años. Esperemos que al último momento se dé un pensar nuevamente esta decisión y que la ideología no oscurezca del todo las conciencias".
Según informa la agencia italiana SIR, así lo expresó el Purpurado en la Misa conclusiva del 27º Congreso de Centros de Ayuda a la Vida (CAV) finalizado ayer al referirse a Eluana Englaro, una italiana de 37 años a la que se le va a desconectar los tubos que la hidratan y alimentan a pedido de su padre y por orden del Tribunal Supremo italiano, lo que le causará la muerte, en un caso similar al de Terri Schiavo, la estadounidense que falleció tras 13 días de agonía luego de que sufriera la misma práctica.
El Cardenal precisó además que "Eluana está en estado vegetativo pero no es un vegetal, es una persona durmiente. La persona incluso cuando está adormilada o discapacitada conserva toda su dignidad. La persona vale por sí misma y no por aquello que produce o consuma o por el placer y las satisfacciones que procura a los otros".
En opinión del Purpurado, "estamos llamados a testimoniar esto incluso con el sacrificio. Con un esfuerzo inteligente, generoso y perseverante a favor de la vida: esfuerzo cultural, jurídico y político pero también esfuerzo concreto de testimonio personal y de servicio a la vida especialmente la de los más débiles".
"Tantas palabras se han dicho y escrito sobre el caso de Eluana", recordó el Cardenal y comentó que "las más bellas y persuasivas" le parecen "las de la religiosa de la clínica de Lecco que desde hace 14 años la asiste con tanto amor: 'Si hay alguien que la considere muerta, que deje que Eluana se quede con nosotros que la sentimos viva… déjennos la libertad de amar y donarnos a quien es débil'".
"Siento que debo repetir un llamado de la Madre Teresa: ‘¡no maten a los niños con el aborto. Si no los quieren, dénmelos a mí!’", concluyó.