SEVILLA,
La Oficina de Prensa de la Arquidiócesis de Sevilla dio a conocer el saludo del nuevo Arzobispo Coadjutor de la misma, Mons. Juan José Asenjo, a sus nuevos fieles; y agradeció el nombramiento del Papa Benedicto XVI en la fiesta de San Leandro que se celebra hoy.
"Agradezco al Santo Padre la confianza que en mí deposita al encargarme este ministerio en la Archidiócesis de Sevilla, en plena comunión con él. Mi gratitud también muy grande al señor Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, nuestro Arzobispo, que me acoge como padre, hermano y colaborador suyo", dijo el Prelado quien se desempeñaba hasta el nombramiento como Obispo de Córdoba a cuyos fieles también agradeció.
Al referirse a la historia de Sevilla, Mons. Asenjo comentó que lo "admira especialmente el número y calidad de sus santos. La historia de la Iglesia hispalense es una historia de santidad, que nos obliga a todos a revivir ese pasado glorioso, pues como nos han repetido sin cesar los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI en los últimos años, la santidad es la primera prioridad de la Iglesia en esta hora y el objetivo último de toda programación pastoral. He conocido también el catálogo de sus Arzobispos, entre los que descuellan San Leandro, San Isidoro y el Beato Marcelo Spínola y los grandes cardenales y arzobispos de las épocas medieval, renacentista y barroca, y también de la época moderna, todos ellos grandes pastores, ejemplos vivos en el servicio que se me encomienda".
El Arzobispo Coadjutor de Sevilla saludó también al clero de la Arquidiócesis, a los seminaristas, a quienes aseguró "que una de mis mayores alegrías en estos días ha sido conocer el número relativamente crecido de seminaristas en nuestra Archidiócesis. Gracias a vuestra disponibilidad para seguir al Señor, la Iglesia en Sevilla puede mirar al futuro con esperanza".
Mons. Asenjo se dirigió también a los religiosos y religiosas; así como a los laicos de Sevilla y precisó que "el fruto de mi servicio episcopal entre vosotros serán imposibles sin la ayuda de la gracia de Dios. Por ello, me encomiendo a vuestras oraciones. Pedid a Dios que me conceda el corazón, el estilo y las entrañas de Jesucristo, Buen Pastor, que no vino a ser servido sino a servir".
Finalmente se encomendó a la "Virgen de los Reyes y de tantas advocaciones entrañables como los sevillanos veneráis en santuarios y ermitas a lo largo de toda la geografía diocesana. Que ella nos ayude a todos a ser una comunidad diocesana viva, fervorosa, unida, fraterna y evangelizadora. Mientras sigo rezando por vosotros, con el deseo de conoceros pronto personalmente, a todos os saludo cordialmente en el nombre del Señor".