VALENCIA,
El Arzobispo de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, resalta en su habitual carta semanal que "la verdadera liberación humana consiste en abrirse al amor de Dios" y que es además una legítima aspiración que "puede resultar hasta provocadora en la sociedad actual".
El Purpurado explica también que "cuando las personas descubrimos que Dios nos ama y lo reconocemos en nuestra vida se multiplica nuestra libertad frente a los convencionalismos sociales de cada época y frente a los dictados de lo que en cada década se considera 'políticamente correcto', pues prevalece sobre ello el servicio al prójimo y el altruismo. Ésta es la levadura con que la Iglesia dinamiza el mundo social".
Para el Cardenal, el mensaje social del Evangelio y de la Iglesia, que la anima a mostrarle la verdad a todas las personas, "se transmite antes por el testimonio de sus obras que por su coherencia y lógica interna".
Por ello, "familias que vivan la generosidad en sus relaciones; esposos que se ayudan y perdonan, y que acogen incondicionalmente el don de la vida; jóvenes que dedican su tiempo a los más necesitados; ancianos que transmiten serenidad en las dificultades; políticos que se consagran a la construcción más sólida del bien común; empresarios y trabajadores que crean empleo y generan riqueza; profesionales que cuidan con especial cuidado a los más débiles y enfermos; padres y maestros que se entregan al crecimiento de los niños y las niñas son, entre otros, modos eficaces y elocuentes de anunciar la vigencia del Evangelio", explica.
"La Doctrina Social de la Iglesia dicta los criterios fundamentales para la acción de los cristianos en la sociedad, que pueden ser resumidos en tres pasos. Primero, anunciar el Evangelio. A continuación, confrontar el mensaje evangélico con las realidades sociales. Finalmente, proyectar acciones cuya finalidad sea la renovación de tales realidades, conformándolas a las exigencias del amor cristiano", prosigue.
El Arzobispo de Valencia subraya asimismo que "una nueva evangelización de la vida social requiere ante todo este anuncio: Dios en Jesucristo salva a todos los seres humanos y a todo el ser humano. Este anuncio hace a cada persona más consciente de su dignidad única e irrepetible –desde su concepción hasta su muerte– y permite interpretar adecuadamente todas las realidades sociales".