NUEVA YORK,
El Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, Mons. Celestino Migliore, recordó que es una responsabilidad específica y primordial de esta entidad, "debatir, aclarar y ayudar a los Estados a garantizar plenamente, en todos los niveles, la aplicación del derecho a la libertad religiosa".
Al abordar el tema "Promoción y protección de los derechos humanos: La libertad religiosa", el Arzobispo recordó que miembros de todas las religiones son perseguidos en muchas partes del mundo. "Los recientes ataques armados, asesinatos y la destrucción de instalaciones religiosas, sociales y humanitarias estructuras en la India, Irak y otras regiones del mundo son causa de grave preocupación. Indican las dramáticas consecuencias de la violación de este derecho fundamental, que corresponde a los creyentes y los grupos religiosos", advirtió Mons. Migliore.
El Prelado recordó que "respetar y promover el derecho a la libertad religiosa significa tener en cuenta que esa libertad pertenece a las personas y las comunidades religiosas y no puede ser coaccionada, limitada o pisoteada según la geografía o las culturas y tradiciones. Además, los individuos deben ser capaces no sólo de practicar su fe, sino también de cambiarla o mantenerla sin miedo a la coerción, la intimidación o la violencia".
El Arzobispo pidió que este respeto se refleje en la legislación, las directivas y los códigos de conducta de las sociedades.
En este sentido precisó que muchas veces se invoca una falsa "lucha contra el proselitismo" como "motivo y razón de los actos delictivos".
La Santa Sede apoyó "la necesidad de proteger a los creyentes de las expresiones de odio y actos contra sus convicciones. Creemos que esa protección puede lograrse mediante la aplicación efectiva del derecho de los individuos y las comunidades a la libertad religiosa como se establece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos" y otros documentos internacionales.