VATICANO,
El Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, P. Federico Lombardi, deploró el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Moscú. Se trata del ruso Otto Messmer, de 47 años de edad; y del ecuatoriano Víctor Betancourt, de 42 años de edad; quienes fueron encontrados muertos ayer en su departamento perteneciente a la Compañía de Jesús en el centro de Moscú.
Según informa Radio Vaticano, el P. Lombardi, también jesuita, señala en una nota de prensa que "las investigaciones de la policía están en curso" y que "el asesinato violento parece haber sido perpetrado con objetos contundentes".
La nota explica además que "la agresión contra el padre Betancourt se perpetró, verosímilmente, a finales de la semana pasada" y que "en efecto el domingo, este sacerdote no había ido a celebrar la Misa, como hacía de costumbre. Y pensaron que estaba enfermo. Mientras que el padre Messmer, que se encontraba en Alemania, regresó a Moscú el pasado lunes. Al parecer fue asesinado a su regreso. Un hermano jesuita que vivía en otra comunidad y estaba preocupado por el silencio de estos dos sacerdotes fue la casa donde residían, el martes 28 de octubre, encontró los cuerpos sin vida y avisó a la policía".
En esta nota de prensa el Director de la Sala de Prensa indicó también que "el Padre General de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás, ha invitado a todos los jesuitas a la oración, al consuelo y a la solidaridad para con los hermanos de la región rusa, tan probada en este momento y ha manifestado su cercanía y la de toda la Compañía a los familiares de las víctimas".
Por su parte, un comunicado de la Conferencia de Obispos Católicos de Rusia y de la Arquidiócesis de la Madre de Dios (Moscú) señala que "la Iglesia Católica en Rusia ha sufrido una grave pérdida" con "estos dos pastores celosos muy amados por los fieles. La Iglesia ruega a Dios misericordioso para que acoja las almas de los sacerdotes asesinados –Víctor y Otto– en la morada de los justos y done a ambos el Reino de los cielos. Asimismo, La Iglesia reza por aquellos que han cometido este terrible crimen, para que el Señor les conceda la gracia del arrepentimiento".
El comunicado precisa que "el asesinato de una persona es un pecado grave, horrible y quien lo comete debe recibir el justo castigo" y resalta que "la Iglesia espera que los órganos de la justicia rusa estén en condiciones de descubrir a los criminales y que el tribunal y la sociedad pronuncien un juicio jurídico y moral objetivo en relación con estos delitos".